
A partir del 14 de octubre iniciamos la que va a ser nada menos que nuestra décima temporada de colaboración en el espacio cultural "La torre de Babel" de Aragón Radio, dirigido y presentado por Ana Segura. Como en años anteriores, la colaboración de...
El año pasado os informamos de un importante hallazgo relacionado con la música tradicional: un conjunto de cintas de cassette que contenían las grabaciones de campo realizadas por el investigador Juan José de Mur entre 1979 y 1985, que utilizaría pa...
El conjunto fortificado es un extenso recinto de planta muy irregular, aproximadamente triangular. Se sitúa sobre un espolón totalmente inaccesible por dos de sus lados, mientras que en el tercero había una puerta de ingreso, hoy desaparecida. Estaba dispuesto en tres niveles escalonados sobre el monte.
En el nivel más elevado destaca una esbelta torre, que ha perdido el remate y la puerta.
En el intermedio queda un lienzo en el que se pueden reconocer los basamentos de varios pabellones rectangulares y algunos muros de tapial, que serían la la zona de vivienda.
El recinto inferior era el más extenso y de menor pendiente, pero apenas quedan vestigios. Se conserva un tramo de muralla almenada que conecta con la torre albarrana que protegía la entrada, quizá reformada y reconvertida en torre mirador. Esta es de planta cuadrada, con puerta y ventanas de estilo califal.
En este nivel hay también un aljibe subterráneo, al que se accede por unas escaleras talladas en la roca.
En la cumbre de la montaña donde se asienta la fortaleza se alzan dos torres, de cronología posterior, posiblemente construidas en época bajomedieval, conocidas popularmente como las "Hermanicas" o las "Dos Hermanas", de planta cuadrada y construidas en tapial.
Los libros, bibliotecas y hábitos lectores constituyen un capítulo apasionante de nuestra historia cultural. ¿Qué leían nuestros antepasados? ¿Cómo eran las bibliotecas de los humanistas, clérigos y nobles en el Renacimiento o el Barroco? Buscando una respuesta a estas preguntas, nos asomaremos a la Huesca del siglo XVI, una pequeña pero pujante ciudad que contaba con una universidad y con una imprenta recién inaugurada, para conocer las bibliotecas y prácticas lectoras tanto de sus élites como de unos ciudadanos que también disfrutaban de lecturas públicas.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002